martes, 7 de octubre de 2008

POPAYAN





Popayán, capital del Departamento del Cauca, fué fundada el 13 de enero de 1537 por Sebastián de Belalcázar. Está situada a una altura de 1.737 metros sobre el nivel del mar, con una temperatura promedio de 19 grados C. Es una de las ciudades más tradicionales de Colombia. Entre los lugares de interés se encuentran: la Capilla de Belén, desde donde se puede observar la ciudad, la Ermita, los templos de San Francisco, El Carmen, la Encarnación, San José, Santo Domingo, y la iglesia de San Agustín. Así mismo, pueden visitarse la Casa Caldas, el Museo Martínez, la Casa Valencia, la Casa Mosquera. Otros lugares de interés son el Puente del Humilladero, la Torre del Reloj, el Morro de Tulcán y el Hotel Monasterio, que funciona en lo que fue el antiguo monasterio franciscano. En los campos circundantes habita la comunidad de indígenas Guambianos. Otro de los atractivos de la región es el Parque Nacional Natural de Puracé, que ocupa una superficie de 83.000 hectáreas en donde abundan lagunas,cascadas, volcanes,nevados y fuentes termales. A 70 kilómetros al oriente se encuentra el Volcan Puracé.

HISTORIA DE POPAYAN


POPAYAN es ciudad de grandes hechizos, belleza, conflictos y adversidades. Todas las estancias de su historia y el carácter de sus habitantes llevan este sino. Lo confirman su pasado poder económico, cultural y político y la magnificencia de sus expresiones religiosas, alternos a la apertura de los caminos que impulsaron, desplazaron y, aún, aplacaron la opulencia y la belleza esplendorosa de su comarca; las cicatrices de su hermosa arquitectura; las conmociones políticas en que se comprometieron sus guerreros y las físicas surgidas de su propio suelo, que van de la armonía apacible de sus campiñas a la versatilidad torrrentosa de sus estaciones; la convergencia triétnica coincidente con el encuentro de las corrientes precolombinas que poblaron el continente: la quechua, unida a las caravanas de conquistadores españoles que entraron a la meseta por el sur y la que provino del norte, la del Caribe, que remontó el río Magdalena, tardíamente atraída por la ferocidad y el embrujo de la comarca.
Los aborígenes que enfrentaron a finales de 1535 a Juan de Ampudia y Pedro de Añasco, los primeros conquistadores españoles que llegaron por orden de Belalcázar a la región eran seminómadas desnudos y cazadores en tránsito a la agricultura del maíz, refugiados en cuevas y bohíos o árboles coposos acondicionados, venidos de Tierradentro, el país de la "nenga" o de la sal, pintarrajeados y con penachos de plumas en la frente amarrados con bejuco. Huyeron los aborígenes hacia el norte, señalando el sendero que los condujo a un río caudaloso de aquas turbulentas y ácidas, de olor sulfuroso, que bajaba de la cordillera y corría por el valle hacia el norte bautizado por los indios yanaconas que traían de Quito los españoles, con el nombre quechua "Cauca" (maíz fermentado). Estos mismos españoles, antes de proseguir su viaje hacia el norte, levantaron en las inmediaciones un campamento que denominaron Villa de Ampudia.
Guiado por la cruz que sus lugartenientes plantaron en la cima del cerro más alto de la región -como lo tenían convenido desde Quito- Ilegó el Capitán Sebastián de Belalcázar, quien venía de librar en Quazábara batalla a una confederación de unos cuatro mil aborígenes. En este Iugar permaneció corto tiempo recuperándose y planeando una expedición hacia el occidente a cargo de Juan de Ladrilleros, quien trataría de buscar una salida al mar del sur, por donde había venido al Perú con don Francisco Pizarro. Por la cordillera que se levantaba hacia el oriente, encomendada a Francisco García de Tobar, dio la orden de buscar una ruta que condujera por tierra al Mar Caribe y que le permitiera regresar a España para solicitar al Rey el derecho de gobernar las regiones que estaba descubriendo.
Belalcázar siguió el cauce del río Cauca y en abril de 1536 dío alcance en Jamundí, a la expedición de Juan de Ampudia y, unidas las fuerzas, siguieron al norte a lo largo del fértil valle por el gran río. En el lugar de la hoy ciudad dc Anserma, recibió un mensaje de Gaspar de Espinosa: el conquistador don Francisco Pizarro sospechando de las intenciones separatístas de Belalcázar, lo había depuesto del cargo de Gobernador de Quito. Sin vacilar, Belalcázar emprendió el regreso por Cartago, en Jamundí dejó una partida al mando del Teniente Miguel Muñoz con la orden de fundar la ciudad de Cali y llegó a la Villa de Ampudia en diciembre de 1536, donde encontró de regreso a sus comisionados. El Capitán Juan de Ladrilleros lo recibió con un informe negativo, al tiempo que Francisco García de Tobar le habló de los Coconucos y Paletará (nombres quechuas), de un río grande que corría por la otra vertiente de la cordillera hacia el norte y de una cultura abandonada de ídolos de piedra, perdida en el piedemonte de una tercera cordillera, que llamó San Agustín.
Intuyendo que esta era la ruta anhelada para cumplir sus planes, Belalcázar ordenó a su lugarteniente Juan de Ampudia, quedarse para trasladar la villa de su nombre al pie del cerro de la cruz, lugar éste recostado en la cordillera y equidistante del valle del río Cauca, de los mares del Sur, del Caribe y del reino del Perú, para fundar una ciudad que se llamara Popayán y para que esta fuera la sede de sus dominios, si su Majestad el Rey se los otorgaba. El nombre fue asumido del jefe o cacique de la región, Pioyá, pronunciado Payán por los intérpretes Yucatecos que los conquistadores traían con ellos, al que estos agregaron la voz maya -quiche- "Pop" o gran señor, para indicar su jerarquía.
Quince días después de su ausencia, el 13 de enero de 1537, don Juan de Ampudia cumplió oficialmente la orden de fundar a Popayán, dejándola consagrada a Nuestra Señora del Reposo, como se lo tenía ordenado.


Está situada a una altura de 1.737 metros sobre el nivel del mar, con una temperatura promedio de 19 grados C. Es una de las ciudades más tradicionales de Colombia.
Ciudad ùnica por su estructura urbana y por su entorno eglógico. Esta bella ciudad ha dado a
Colombia y al mundo sabios como Francisco José de Caldas: Jurisconsulto de América, como Camilo Torres y Tenorio, poetas ecuménicos como Guillermo Valencia, escultores universales como Edgar Negret, juristas, hombres de estado, pintores, matemáticos, Oficiales Generales y de Insignia, Mitrados que le hicieron honor a la Iglesia Mundial de Roma, y 13 presidentes de la Republica de Colombia en 17 periodos.Tiene un pueblo valeroso y constante que no se arredra ante la contienda o ante la adversa fortuna, y lucha denidadametne por superar su propio destino.
De generación en generación "ama el reflejo de las joyas, y de los estoques, el esplendor de los espejos, la susurrante fragilidad de los abanicos, la tibia molicie de la seda, todas las apariencias del lujo, todas las languideces de la gracia, todas las exigencias de la heráldica, por eso se dan artesanos con brotes aristocráticos y campesinos con alma versallesca. Es la universidad de Popayán", que ahora, acompasada del ritmo de nuestro tiempo, vive de la educación y la cultura a través de Colegios y Universidades de proyección nacional, porque en el siglo XXI, es la Ciudad del Conocimiento.


BREVE RESEÑA HISTORICA


La ciudad de Popayán (del maya Pop, o gran señor y Payán, nombre del Cacique de la región) fué fundada en 1587 por Juan de Ampudia según instrucciones de don Sebastián de Belalcázar cuyo propòsito era el de fundar una ciudad en el lugar equidistante del Valle del
Río Cauca, de los mares del Sur, del Caribe y del reino del Perù, que fuera la sede de sus dominios.
Los primeros años de la ciudad se caracterizan como los de las otras ciudades de la regiòn por el constante asedio por parte de los indígenas nativos que intentaban recuperar su territorio. Sin embargo, en la medida en que otros conquistadores y otras tropas iban llegando a la ciudad, los indígenas se iban viendo cada vez más desplazados, hasta que a finales del siglo XVII se entró en una etapa llamada de ¨pacificación¨.
Quizás el sino fatal que ha pesado con más fuerza en la historia de la ciudad ha sido el de los terremotos. En efecto, en 1564 se registra el primer sismo que conmovió la región y destrozó todo aquello que se había construido hasta entonces, con excepción del Templo de La Ermita. Luego de esta primera catástrofe natural, se registra un importante impulso: aparecen los primeros conventos, se reconstruye la catedral con teja y ladrillo, al tiempo que se descubren los primeros yacimientos minerales que serán la base de la economía de la región.
Con la llegada de los encomenderos y sus indios de repartimiento se comenzaron a explotar las minas de Almaguer, Guachicono, Puracé, Caloto, Timbiquí y Chocó. Es por entonces cuando, ante la insuficiencia de la mano de obra, en 1592, don Francisco Auncibay solicita a la Corona la importación de esclavos aptos para soportar los climas que los indígenas no toleraban; si bien la corte real prohibía la esclavitud en América, los traficantes de esclavos europeos no tardaron en llegar con inmensos cargamentos de negros del Africa.
Popayán se convirtió por entonces en sede del comercio del oro de la región. En ella se establecieron las Arcas Reales para tasarlo y en 1626 se construyó el camino de Guanacas con el fín de evitar los asaltos que sucedían a lo largo de los caminos prehispánicos. A partir de entonces la ciudad se afianzó no solamente como sede
política colonial de la gobernación sino como centro mercantil de comercio exterior, abastecedor de productos para el valle del Cauca, Chocó, Pasto y Quito inclusive.
En 1736 Popayán se sacude con el segundo terremoto de su historia, tanto o más violento que el de 1564. Averiadas subsistieron algunas de las más sólidas construcciones, entre las cuales nuevamente el templo de la Ermita, la Torre del Reloj, el Seminario de la Compañía y parte de los monasterios. La reconstrucción, financiada por las familias más adineradas de la ciudad, duró hasta finales del siglo.
Luego de librar la
batalla de Boyacá, el libertador se instalaría en la hacienda de Japio y Popayán se convertiría en sede de las milicias que seguían combatiendo al ejército que retrocedía hacia el Sur. La independencia de Ecuador, Perú y Bolivia, se constituiría entonces en el mayor desangre económico y humano que hubiera sufrido Popayán a lo largo de su historia.
A finales del siglo XIX el tráfico de comercio por el
Río Magdalena y el Camino de Guanacas se desplazó a Panamá, Buenaventura y Cali, perdiendo Popayán su calidad de centro de distribución mercantil, así como su hegemonía sobre el territorio que integraba el Gran Cauca.
Ya en el siglo XX, la ciudad se vió afectada por la suspensión de los ferrocarriles en la década de los 80, por la conmoción de la industria bancaria y particularmente por la aparición en las cordilleras de grupos subversivos que aún permanecen en ellas. Finalmente, el terremoto que sacudió a la ciudad en 1983 volvió a causar estragos. Nuevamente reconstruida, hoy la ciudad, reconocida por las festividades y procesiones que recorren sus calles en época de Semana Santa, es uno de los principales centros turísticos del país.




POPAYAN EN LA ANTIGUEDAD



En efecto, pocas son las ciudades con una tradición equiparable a la de Popayán. Baste decir que sin ella no se puede concebir la historia de Colombia. Sus primeros habitantes fueron distinguidos miembros de nobles familias españolas, cuya descendencia aún hoy se reconoce y se respeta. Hacia el siglo 16 se convirtió en la más extensa gobernación de la nación. Fue entonces obligado paso de mercaderes que comerciaban entre Quito y Cartagena. Más tarde sus valles vecinos fueron escenario de importantes batallas de la Independencia, y más de una de sus casonas dio cobijo al libertador Bolívar.
Aquella época de campanarios sonoros, calles empedradas, caballerías y faroles de vela de sebo, aún deja oír su eco. En el casco histórico, ya no son 16 calles sino 30 manzanas, pero continúan tan rectas y anchas como cuando las trazaron. Las fachadas siguen la tradición blanquecina, fruto de aquella epidemia que se combatió no con química sino con la ilusión de la desinfección del color blanco. En las vastas casas todavía se distinguen las antiguas pesebreras y las habitaciones de techos altísimos donde apenas podían asomarse los esclavos negros.
Pese a los múltiples terremotos, perduran algunos de los viejos muros de boñiga de donde penden hoy los escudos de familia, símbolo del linaje de los antepasados. En los solares al fondo de las casonas, allí donde los "bimbos" o pavos engordaban, crecen árboles frutales. Y en las ventanas continúan los poyos, ya sin "ñapangas" o mujeres que sentadas en ellos maten su curiosidad y su ocio a la espera de algún transeúnte.
La edad dorada de Popayán aún está presente. La riqueza hecha a lomo de indio y a brazadas de esclavo negro se encuentra en el decorado y en las joyas de las iglesias, aunque algunas de ellas fueron vendidas durante la Independencia para financiar la campaña de Antonio Nariño al sur del país. Entre los trabajos de orfebrería más destacables se encuentra el púlpito de talla y oro de la Iglesia de San Francisco y las maderas en pan de oro del Templo del Carmen.
El Palacio Nacional, el Panteón y la Catedral de la Asunción son algunos de los múltiples monumentos históricos de esta ciudad señorial, pero la Torre del Reloj es sin lugar a dudas el testigo por excelencia de Popayán. Con tres centurias a cuestas, ha visto nacer y morir una generación tras otra. Pese a que en el terremoto de 1736 perdió uno de sus tres cuerpos, y que las piezas de plomo de su reloj fueron convertidas en balas para los patriotas, la Torre del Reloj es el símbolo más querido de los payaneses.
Pero lo que simboliza a Popayán para los que no son "patojos" es la Semana Santa. La celebración de las pascuas tiene una importancia tal que se dice que cuando Bolívar llegó allí por primera vez, la ciudad se propuso darle la bienvenida con la celebración de la Semana Santa aun que no coincidiera en el tiempo.
La fastuosidad de este evento le ha valido la admiración mundial. Los payaneses se preparan con varias semanas de anticipación: pintan todas las fachadas de las casas, los párrocos retocan los "pasos", los cargueros reparan sus trajes, las iglesias son engalanadas y los feligreses alquilan balcones para mirar de cerca el desfile de las procesiones. La tradición de la Semana Santa data de 1558, época en que Popayán fue erigida Diócesis y residencia del obispo mediante bula papal.
Esta tradición religiosa es quizás la responsable de la gran infraestructura hotelera de Popayán. Allí se encuentran algunos de los más antiguos hoteles del país, en donde se puede sentir el ambiente aristócrata del pasado. Este ensueño parece real cuando se recorre la ciudad de noche. La tenue luz de los faroles dibuja apenas los portalones de piedra, y en medio del silencio se puede llegar a escuchar .el galope de un toro que, según cuentan, salió huyendo después de que fuera utilizado por la noble dama doña Dionisia de Mosquera y su amante don Pedro Lemus, para disfrazar el asesinato de Pedro Crespo, el esposo engañado. Una leyenda más de esta ciudad histórica por excelencia y a
cogedora por vocación.











El auge minero y comercial, así como la posterior llegada de familias españolas de linaje hicieron de Popayán una ciudad muy importante en el Virreinato de la Nueva Granada. En la ciudad residían los dueños de las minas de oro de Barbacoas y el Chocó, quienes con sus riquezas crearon haciendas, construyeron grandes casonas y dotaron a la ciudad de enormes templos e imágenes traídas de España. Conviene subrayar que la economía minera en la Nueva Granada se dio por ciclos. Tuvo un primer escenario en los distritos mineros antioqueños que entró en crisis de 1620-1630 con una recesión que se profundizó hasta 1680. Es aquí donde cobra importancia el escenario de la Gobernación de Popayán, que desde ese momento se convierte en el lugar en el que se amplía el fenómeno minero, con una importancia excepcional en el curso del siglo XVIII, y aún en gran parte del siglo XIX. El auge minero en Popayán creó una nueva dinámica a través del comercio de esclavos al punto que podría hablarse de la sociedad esclavista de Popayán, la cual tuvo un gran significado para la época.
Popayán compitió con ciudades como Cartagena, Santafé de Bogotá y Tunja en el número de nobles titulados domiciliados en ellas. Fue, así mismo, la única ciudad junto con la capital, Santafé, en servir de sede a una Casa de Moneda erigida por la Corona española en todo el territorio de la Nueva Granada. Con lo anterior se explica en buena parte el esplendor que esta ciudad vivió durante la época colonial y los primeros asomos de República, añadido al orgullo genealógico de las familias fundadoras, que basaron la conservación de sus riquezas en una estructura endogámica muy propia de las élites en diferentes culturas y sociedades.

IGLESIAS DE POPAYAN

las iglesias de popayan



el arquitecto, crítico e historiador Germán Téllez, la fachada de este templo constituye la mejor muestra del barroco en toda Colombia. Su construcción fue comisionada por las familias Arroyo y Valencia. En la torre-campanario se encuentra la famosa campana donada por don Pedro Agustín de Valencia. Este templo es notable por el decorado de sus altares. En la plazoleta, objeto de una profunda y polémica transformación en el año 2004, se yergue el monumento al prócer payanés Camilo Torres, cuya réplica se encuentra ubicada en la plazoleta del Colegio Mayor de San Bartolomé en Bogotá.

Santo Domingo.

Obra tardía del barroco neogranadino, diseñada por el arquitecto español Antonio García por encargo de la familia Arboleda. Posee excelentes muestras de aquitectura, orfebrería y mobiliario de las escuelas quiteña y española. Su púlpito fue diseñado en la primera mitad del siglo XIX por un ilustre hijo de la ciudad, el Sabio Francisco José de Caldas.

Iglesia y convento de San Agustín.

Fray Jerónimo Escobar funda el convento de los Agustinos a finales del siglo XVII, cuyo templo fue destruido con el terremoto de 1736. Reconstruido a partir de aportes de personas notables de la ciudad, fue necesario restaurarlo nuevamente a raíz del terremoto de 1983. De manera especial se destaca su altar mayor tallado en madera y cubierto en pan de oro, su expositorio barroco en plata y la bella imagen de la Virgen de los Dolores.

La Ermita.

Es la iglesia más antigua de la ciudad. Data de 1546 y contiene un fino altar y frescos que fueron descubiertos después del terremoto de 1983.






Catedral Basílica de Nuestra Señora de la Asunción.

En sus orígenes fue un rancho pajizo. En 1609 se inauguró una segunda catedral de tapial y mampostería. La actual fue consagrada en 1906 por el arzobispo Manuel Antonio Arboleda. Su estilo es neoclásico, y gran parte de la construcción fue restaurada a raíz del terremoto de 1983, incluida la gran cúpula de 40 metros de altura, en cuya restauración se siguieron los lineamientos de la estructura original diseñada por el artista payanés Adolfo Dueñas.

El Carmen.

Su construcción se inició en 1730, al tiempo con el monasterio de las Carmelitas, y se terminó después del terremoto de 1736, a expensas de doña Dionisia Pérez Manrique, Marquesa de San Miguel de la Vega. Fue proyectado y construido por el maestro santafereño Gregorio Causí. La obra es sencilla en su estructura cuadrangular con elementos de intención mudéjar, pero los retablos platerescos de los altares, tallados por maestros payaneses, son esplendorosos. Las hermanas Carmelitas abandonaron el monasterio en 1863 por haber sido confiscado por el gobierno, y la diócesis asumió la administración del templo.

La Encarnación.

Las monjas de la Encarnación fundaron en Popayán el primer colegio femenino de lo que hoy es Colombia. El templo actual data de 1764 y fue comisionado por la abadesa de turno, la madre Mariana de San Etanislao y Saa. Es el templo con el más hermoso tesoro de retablos barrocos forrados en pan de oro que posee la ciudad.




San José.

Conocido también como Templo de la Compañía de Jesús, fue construido en 1702 en consonancia con los lineamientos arquitectónicos de los jesuitas durante el barroco en América. Ha sufrido algunas transformaciones, la más reciente de ellas en 1983, en que se dejó a la vista buena parte de la fachada en ladrillo, que había estado cubierta con pintura y cal durante al menos dos siglos.

Capilla de Belén.

Por encontrarse ubicada sobre el cerro del mismo nombre, desde esta capilla se puede apreciar una vista panorámica de la ciudad. A la capilla se sube por los llamados “quingos”, escalinatas en piedra que permiten un agradable ascenso al mirador de la ciudad. En 1717 se colocó en esta capilla la imagen del Santo Ecce Homo, el más venerado de la ciudad. Adyacente a la iglesia se yergue una cruz de piedra de cantera de 1789, a la cual se le atribuyen muchas leyendas. La iglesia original fue reemplazada completamente por una nueva estructura luego del terremoto de 1983.

REMEDIOS CACEROS DE LAS ABUELAS

En esta entrada usted podrá encontrar muchas recetas caseras para diferentes condiciones. Los remedios que aquí se presentan han sido sacados de gente que los ha usado porque les han sido pasados de generación en generación. Estos estan organizados dependiendo de cada enfermedad. Como en todo lo que tiene que ver con la salud, hay que tener mucha precaución antes de empezar cualquier dieta o probar cualquier remedio casero. Porque cada organismo es diferente, si usted no está seguro de la seguridad de alguna receta, consulte primero con su médico. Si tiene síntomas tales como mareos, dolores inusuales, sangrado, etc. y usted no sabe qué los está ocasionando, lo mejor es acudir a su médico para asegurarse que no tenga alguna enfermedad seria.

ACIDEZ:
Beba un vaso de agua cuando empiece a sentir el malestar. El agua diluirá el ácido y lo hará bajar al estómago.Jengibre - Hágase un té de jengibre mezclando una cucharadita de raíz de jengibre recién rallada en una taza de agua hirviendo. Déjelo reposar por 10 minutos y luego bébalo.

Infusión de anís -
Hágase una infusión de anís agregando dos cucharaditas de anís en una taza de agua hirviendo. Déjelo reposar por 10 minutos y luego bébalo.Canela y cardamomo - Otras infusiones que también ayudan son las de canela y las de cardamomo. La receta es agregar una cucharadita de cualquiera de los dos a una taza de agua hirviendo y dejarla reposar. Después beberla.Semillas de fenogreco - Tómese una cucharadita de semillas de fenogreco con agua o jugo antes de cada comida.Panela - Chupe un pedazo de panela.Clavos de olor - Chupe un clavo de olor.Vinagre de manzana - En un vaso de agua de 4 onzas ponga dos cucharaditas de vinagre de manzana y beba despacio.

ALERGIAS:
Té de albahaca - Ponga una onza de hojas secas de albahaca en un recipiente de un cuarto de galón y llénelo con agua hirviendo. Cierre el recipiente herméticamente y déjelo enfriar. Use la solución para mojarse la urticaria y otros sarpullidos.Alfalfa - Esta planta es un buen remedio para las alergias. Alivia el ardor de ojos y el flujo de la nariz.

Vinagre de manzana - A un vaso de agua agréguele dos cucharaditas de vinagre de manzana y beba. Repita tres veces al día por cuatro días y dígale adiós a las alergias de la temporada.Ortigas - Es un antihistamínico que trabaja rápidamente. La mejor forma para usarlas es en cápsulas. Puede tomar 500mg tres veces al día.El huevo de codorniz - Es recomendable comerlos para el desayuno.

ANEMIA:
Sopa de ajo: 1/2 vaso de aceite, 1/2 cucharada de pimentón o comino, 2 litros de agua, 6 dientes de ajo, 2 tajadas de pan duro, sal. Machaque los ajos y los fríe en el aceite. Cuando estén dorados se le agrega el pan. Retire del fuego y agregue el pimentón. Póngalo todo en el agua y hierva. Déjelo una media hora a fuego lento. Puede comer esta sopa cuando guste.Yema de huevo con limón y melaza: Mezcle los ingredientes y tómese tres veces días con las comidas un máximo de tres veces por semana. Se puede agregar a la leche o al yogur.Jugo de zanahoria, remolacha y naranja: Agregue una parte de jugo de remolacha y la misma cantidad de jugo de naranja y de zanahoria. Tómelo en ayunas todas las mañanas durante 9 días seguidos. Repita al siguiente mes.Té de hojas de tamarindo: Muy bueno para subir la hemoglobina. Guayabas: Las guayabas son muy buenas para prevenir la anemia y se cree que también puede ser que prevenga la leucemia.

LA ANCIEDAD:
Un baño caliente - Para un efecto mas relajador añada aceite o flores secas de lavanda a un baño de tina caliente. Si no puede darse un baño de tina, masajéese las sienes y la frente con el aceite de lavanda.Leche caliente - Beber un vaso de leche caliente tiene un efecto calmador que le ayudará ademas a dormir mejor.Reduzca la cafeína - Trate de tomar las sodas, el té y el café sin cafeína o reducir el consumo de estas bebidas.
Valeriana - Aunque el olor no sea muy agradable que digamos, la valeriana tiene ingredientes activos que actúan igual que los ingedientes en las pastillas valium. Tómese una pastilla de Valeriana de 250mg dos veces al día.Infusión de avena - 1 cucharada de avena y 1/4 de litro de agua. Hierva el agua y agregue la avena. Déjelo reposar. Tómese una taza de esta infusión antes de cada comida.Cebolla y apio - Incluya 2 tazas de apio o cebolla a su dieta diaria por una semana.


COLESTEROL:
Aceite de oliva: El aceite de oliva no sólo disminuye el LBD sino que aumenta el LAD. Uselo como aderezo en las ensaladas y para freír. Dos cucharadas al día es suficiente para recibir sus beneficios.Ajonjolí: En la noche deje remojando 1 cucharada de ajonjolí en una taza con agua. En la mañana la licúa con una manzana y dos cucharadas de avena. Se toma solo en las mañanas.Agua de avena: En un litro de agua, eche 3 cucharadas de avena y deje remojar toda la noche. Al día siguiente bébalo poco a poco durante el día.Aguacate: El aguacate es muy bueno para bajar el LBD ya que contiene grasas insaturadas. Un aguacate al día baja el LBD en un 17%.Pepino, piña y melón: Todas las mañanas hágase un licuado de 1/2 pepino, un pedacito de piña y de melón.Almendras: Estudios recientes demuestran que comer 23 almendras al día mantiene un nivel de colesterol saludable.Ciruelas pasas: Ingiera 12 ciruelas pasas diariamente. En cuatro semanas verá los resultados favorables.

COLITIS:
Agua de repollo - Eche unas hojas de repollo en una ollita con agua y póngala a hervir por 10 minutos. Deje enfriar y beba el agua.Agua de arroz - Ponga media taza de arroz en una olla y agregue tres tazas de agua. Hierva el agua a fuego lento por 20 minutos. Cuele y beba el agua.Té de manzanilla - El maravilloso té de manzanilla, un excelente anti-inflamatorio.

DIABETES:
Té de hojas de frambuesa: Una de las propiedades del té de hojas de frambuesa es que baja los niveles de azúcar en la sangre.Zanahoria, apio y papa: 1 taza de jugo de zanahoria, 2 palos de apio, 1 papa pelada. Licúe y beba recién hecho.Eucalipto: Ponga 3 hojas tiernas de eucalipto en 1/2 litro de agua y lo hierve por cinco minutos. Tome tres tacitas al día alternando con unas tazas de canela.Salvia: Agregue 2 cucharadas de hoja seca de salvia a una taza de agua hirviendo. Póngala a reposar por unos minutos. Tome 3 tazas al día. En caso de menstruación dolorosa o molestias estomacales tome 1 taza al día.Aceite de hígado de bacalao: Tome en ayunas dos o tres cucharadas de aceite de hígado de bacalao.Vino blanco y romero: Beba una copa de vino blanco con una pizca de polvo de romero en ayunas todos los días.Caldo de alcachofas: El caldo de alcachofas es muy beneficioso para combatir la diabetes.

GASTRITIS:
Agua con limón - Al tomar un poco de jugo de limón disuelto en un vaso de agua tibia, el estómago detectará sobre acidez y dejará de producir los jugos gástricos que provocan el dolor de estómago. Además el ácido del limón se convierte alcalino en el estómago. Las propiedades cicatrizantes del limón también sanarán alguna úlcera.Té de linaza - Agregue una cucharada de semillas de linaza a un vaso de agua y deje reposar por 12 horas. Cuele y beba el agua.Papa cruda - Pele una papa y la muele en medio vaso de agua. La cuela y se toma el agua en ayunas. Prepare la noche anterior.Zanahoria, papa y apio - Licúe una zanahoria, 1/2 papa grande y dos ramitas de apio, todos crudos. Se toma de inmediato en ayunas durante uno o dos meses.Ensalada de repollo morado - Por lo menos dos veces por semana, acompañe sus comidas con una ensalada de repollo morado con zanahorias y pepinos aderezada con limón o vinagre.

INDIGESTION:
Jengibre - Agregue una cucharadita de raíz fresca de jengibre en una taza de agua hirviendo. Deje reposar y cuele. Después de la comida, tómese una taza de té de jengibre caliente.Té de manzanilla - Tómese un té de manzanilla tres veces al día después de cada comida.Coma piña - Antes de la comida, especialmente si va a comer mucho, cómase unos pedacitos de piña. La piña contiene enzimas proteolíticas (bromelina o bromelaína) que ayudan a hacer la digestión rápidamente.Plátano maduro - Es muy bueno para aliviar la inflamación del estómago además de ser un antiácido natural.

SINUSITIS:

Gotas de ajo: Machaque un diente de ajo y remójelo en cuatro cucharaditas de agua. Con un gotero, aplique 10 gotas en cada fosa nasal. Use dos veces al día.Tortilla de verbena: Bata a punto de nieve la clara de un huevo, agregue tres pizcas de hojas de verbena y hágalo como una tortilla. Fríala en aceite. Ponga la tortilla en una telita suave. Doble como si fuera una venda y ponga sobre la frente toda la noche. Repita por 4 noches.Té de manzanilla: El té de manzanilla puede adelgazar las mucosidades. Beba varias tazas al día y también respire el vapor.Vapor de miel de abeja: Ponga tres o cuatro cucharadas de miel en un litro de agua y hierva. Tapándose con una toalla para que no se vaya el vapor, acerque la cara a la olla y respire hondo sobre el vapor cuidando de no quemarse.

PRÓSTATA:
Licuado de perejil, cebolla y limón: Licúe el perejil, la cebolla y añada el jugo de un limón. Puede agregar un poco de miel para endulzar el preparado. Tómelo todas las mañanas en ayunas.Elimine el vinagre: También debe eliminar de su dieta las comidas picantes y el acohol y disminuir las carnes.Coma sandía: La sandía es una de la frutas recomendadas para aliviar inflamaciones de la próstata y la vejiga.

INSOMNIO:
Leche caliente con miel - Tómese un vaso de leche caliente para un efecto sedante. Puede agregarle una cucharada de miel para que sea más eficaz.Baño de pies con mostaza - En una palangana ponga agua caliente y una cucharada grande de mostaza en polvo. Sumerja los pies por 15 minutos antes de acostarse.Cebolla - Cuántas veces picar cebolla nos pone a "llorar". Y después siente uno sueño. Pues bien, antes de acostarse, pique una cebolla. Y trate de olerla también ya que por la nariz le llegará el mensaje al cerebro más rápido.Té de lechuga - Hierva el tronco de la lechuga en una taza de agua por 3 minutos y beba.

MITOS Y LEYENDAS DE POPAYAN

He aqui un mito de popayan:

A los niños les decían en Popayán que “Pandiguando”, del sector occidental de la ciudad, próximo al cementerio, se llama así porque el nombre del barrio es un apócope de “Por donde anda el guando”, y éste sería un individuo sin cabeza al que veían de noche por esos terrenos rurales, antes de la urbanización que data de finales de los años 50.Por otra parte, el mismo individuo sin cabeza, ya no laico sino monje, se convierte en la leyenda del Hotel “Monasterio”, pero nada se oyó de él cuando ese inmueble era edificio del Departamento; allí estaban originalmente y en desorden, los papeles que Don José María Arboleda Llorente ordenó por años, los clasificó y preservó para fundar el hoy internacionalmente célebre Archivo histórico de Popayán.
Volviendo al cementerio –al de Popayán y a cualquier otro- se repiten por todas partes historias al parecer creadas para alejar a los jóvenes de la bebida y de la costumbre de deambular a altas horas de la noche por parajes solitarios: en ciudades y villas y en todos los idiomas se cuenta de un joven (de moto o caballo, según la época y el lugar) que levantó por los lados del cementerio a una chica agraciada; como ésta iba muy desabrigada, el motorista o jinete le prestó su chaqueta para al día siguiente volver a buscarla- más que todo con el propósito de convertirse en su amigo porque había quedado prendada de ella…Pero la señora de luto que abrió a la puerta en la casa donde la depositó la víspera, la madre o tía de la misteriosa chica, le informó que una dama como la que él describía si vivió allí pero hace tiempo..: desgraciada y prematuramente falleció, lo que ha sumido en interminable dolor a toda la familia…Otra leyenda de Popayán, más antigua y del lado oriental de la ciudad, habla de “La cueva del indio”, la que presuntamente va a dar al Huila. Parece una idea muy descabellada; el hecho es que no hay un solo testimonio de alguien que habiendo entrado por un Departamento, salió por el otro, después de pasar por los sótanos de la Cordillera central, más tibios que los páramos.Hay, claro está, leyendas alusivas a los originales habitantes de esta meseta, los pubenenses; se dice que en el tambo que el cacique tenía por los lados suroccidentales de la ciudad de hoy, las gentes de Belalcázar no repelidas –los pubenenses resultaron de temperamento pacífico, como son los payaneses de hoy-, fueron blanco de moscas y otros insectos (entre ellos niguas, sin duda), lo que les hizo decir: “Fuimos pan de los moscos”, y de allí sale, poniendo las palabras en orden inverso, el nombre “Moscopán”. También se ha dicho que el hoy Morro de Belalcázar es una construcción artificial, pirámide trunca para rituales de los pubenenses, y en su interior hay numerosos vestigios de entierros.El hecho es que si nos atenemos a la ubicación suroriental de Moscopán y nororiental de El Morro, tenemos que concluir que a los pubenenses les gustaba moverse sólo por el costado este de lo que hoy es Popayán, sin duda para librarse de las congestiones del cruce de La Esmeralda, las que han hecho deseable un tramo hundido de la carrera 17, para que por la calle quinta transite el tráfico a nivel…También parece legendario el abrazo protector de Julio Arboleda sobre los bellos hombros de la indígena Pubenza, lo que se ve en el cuadro del Paraninfo de la Universidad del Cauca; si el poeta soldado era severo propietario de negros, no parece verosímil que se comportara tiernamente con una indígena…Y siguiendo con los aborígenes, otra leyenda, al parecer más sustentada, es aquella según la cual gentes de una tribu rebelde iban a caer sobre Popayán, estaban en ese plan en una semana santa del siglo XVII, pero desde las lomas, de noche, vieron la procesión y creyeron ver un enorme dragón o serpiente de fuego… El hecho es que huyeron despavoridos.Desde luego, las peculiaridades de la celebración de semana santa siempre han dado lugar a leyendas como aquella que dice que en las madrugadas de los días sacros hay duelos de gentes que se disputan los barrotes!

Otra muy famosa es:

LA MUELONA

Dicen que es una mujer bonita de largos cabellos, ojos electrizantes, una dentadura como de fiera que destroza fácilmente lo mismo a un ser humano que a una vaca o un caballo. Como la dentadura la exhibe siempre, parece que estuviera continuamente riéndose. Prorrumpe unas carcajadas estridentes y destempladas, haciendo estremecer la zona donde se halle.Las horas preferidas para salir a los caminos son: de las seis de la tarde a las nueve de la noche. A los caminantes se les aparece a la orilla del sendero o contra los troncos de los árboles añosos, a manera de una mujer muy atractiva y seductora, pero que al estar unidos en estrecho abrazo, los tritura ferozmente.Casi siempre persigue a los jugadores empedernidos, a los infieles, alcohólicos, perversos y adúlteros. Los campesinos dicen que los hogares que se libran de ella, son los que tienen niños recién nacidos o mujeres que van a ser madres.Cuentan los cronistas que en la época de la Colonia se diseminaron por el país las mujeres españolas, que aunque muchas eran buenas, el resto era de pésimos antecedentes. Algunas de estilo gitano eran perversas, corruptoras que ocasionaron perjuicios lamentables a familias modestas, engañando niñas inocentes y arruinando a hombres que poseían cuantiosas fortunas.Una de ellas, "la Maga" estableció su negocio resolviendo consultas amorosas, arreglando, o mejor, desbaratando matrimonios, echando el naipe, leyendo las líneas de la mano, en fin, todo lo que fueran artimañas. Cuando conoció mucha gente y tenía mucha clientela, ensanchó el negocio con una casa de diversión; allí conquistaba cándidas palomas y limpiaba el bolsillo de altos representantes del rey de España, no dejando de lado "los criollos" más adinerados.La suma de atrocidades cometidas por la pérfida mujer fueron incontables. Ella enseñó a las jóvenes a evitar la maternidad; cayó la ruina en centenares de hogares; se agotaron ingentes fortunas y vino como consecuencia la depravación, las enfermedades venéreas y esposas abandonadas.Cuando murió la disoluta "maga", la casa se llenó de un olor nauseabundo, hasta el punto de tener que abandonarla de inmediato.Una de las mujeres preferidas por la muerta se arriesgó a quedarse aquella noche para recoger algunos utensilio, trajes y joyas. Apenas apagó la bujía para acostarse, una bandada de vampiros invadió la estancia y una voz cavernosa se oyó en el dormitorio: "...tengo que vengarme de los hombres jugadores y perniciosos! malditos!, !de las mujeres livianas y descocadas! !estarán conmigo en el infierno!,! soy la muelona!..."La indefensa mujer no podía prender el candil porque el aleteo de los quirópteros apagaban la yesca, a la vez que le azotaban la cara. Ya desesperada y horrorizada salió gateando a la calle para contar alarmada lo que acababa de presenciar.Las autoridades tuvieron que prender fuego a la casa maldita para dar paz y tranquilidad a los vecinos quienes vivían inquietos y mortificados con aquella casa de escándalos y vicios...